Al Alcance del Cielo



Durante toda mi vida siempre he permanecido al lado de los seres que más amo en el mundo: mi familia, convivíamos en un pequeño y antiguo edificio situado muy cerca de la Avenida Javier Prado, de donde se puede apreciar cercanamente la majestuosa estructura del nuevo Hotel Westing Libertador, la cual se encuentra tan erguida como una asta que flamea una bandera, como centinela de guardia o esbelta como una modelo de pasarela parisina. Esta hermosa mirada al despertar cada mañana y asomarme por la ventana de mi habitación, provoca en mí unas ansias locas de no dejar de contemplarla ni un sólo instante. Sin embargo, por momentos, una acción proveniente de las casas aledañas perturba mi atención, se trata de unos gatos que se encuentran correteándose los unos a los otros como si fuesen niños jugando alegremente, desbordando felicidad en un parque. Quizá estén en busca de su presa para que sacie sus antojos.
Por otro lado, el caminar de un lado a otro de los transeúntes por debajo de mi ventana llama; así mismo, la atención de mi mirada, por ello no puedo dejar de sentirme una espía de la que todos desconocen su misión o labor, puesto que me encuentro en un lugar estratégico en donde vigilo sigilosamente sin que nadie note mi presencia. Finalmente, mi día culmina observando el gran anuncio de Telefónica y así una vez más me siento feliz.

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